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De GLUCKSMANN, ANDRÉ. Editado por TAURUS. Si deseas comprarlo su precio es 5,00€.
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Escondido tras coartadas religiosas o ideológicas, el terrorista nihilista tiene como objetivo la destrucción. «Mato, luego existo.» La noción de nihilismo está ligada a la crueldad, a su aceptación, su práctica y su justificación. El nihilismo es un concepto posideológico, que especula con el poder y se entiende como una capacidad para dañar. El nihilismo es peligroso física y psicológicamente: sus principios fundamentales son la corrupción, el terror y la destrucción. El desafío nihilista es tan antiguo como la civilización, y precisamente nuestra civilización se caracteriza por su resistencia al nihilismo.
Un espectro asedia de nuevo a las democracias y las inmoviliza. Nadie -se oye decir-, ningún experto, ningún analista, podía imaginar que algo así iba a suceder. Frente a lo imprevisible, nos quedamos paralizados por el estupor. ¿Cómo reaccionar? André Glucksmann nos invita a repensar la violencia absoluta a la luz de las grandes obras literarias. Escritores como Dostoievski, Flaubert, Pushkin o Chejov desvelaron hace dos siglos este derrumbamiento de valores.